En 1999 entró en servicio un nuevo acueducto, el Jorge Carstens, para satisfacer la demanda ante el crecimiento demográfico de las ciudades costeras, pero resultó insuficiente a una década de su puesta en funcionamiento. Entonces se proyectó otro más, que aún no ha sido terminado. Sin embargo, hoy el problema va más allá de la capacidad de transporte y del estado de conservación de las cañerías, la cuenca hídrica sufrió una considerable reducción del caudal, al punto que el lago Colhué Huapi despareció, el Musters bajó su nivel y el río Senguer se desangra a medida que se aleja de su nacimiento en el cordillerano lago Fontana. ¿El motivo, los motivos…? Cada vez que surgen problemas de este tipo se disparan acusaciones en todas direcciones. Quienes sostienen que los sarmientinos la derrochan en actividades agropecuarias de escaso impacto económico, quienes aseguran que son los comodorenses los que la dilapidan, también quienes señalan a las petroleras, quienes afirman que buena parte del caudal se pierde por falta de mantenimiento de los acueductos y de la red que llega a los hogares, quienes acusan al cambio climático por las escasas lluvias y nevadas en la cordillera, quienes dicen que la merma es cíclica, quienes a apuntan a las estancias que río arriba se sirven del río y sus afluentes, quienes combinan dos o más variables. ¿Y qué dice la cuenca del Senguer?
“Un equilibrio muy finito”
“El año pasado no pudimos hacer el tercer corte de alfalfa porque no se pudo regar y tuve que sacar mis vacas porque no tenían pasto”, cuenta Roxana Bermúdez, productora agropecuaria, quien junto a su marido, el veterinario Oscar Jensen, a mediados de la década de 1980 y durante diez años publicó el quincenario Nuestro Sur. “Las chacras de Sarmiento se van a perder, va a dejar de ser un valle, con gran tristeza lo digo. Hoy se le echa la culpa al ganadero y al que está derrochando, pero no se ve todo el conjunto. Ya vimos desaparecer el lago Colhue Huapi, el río Chico… y llevamos 120 años”, afirma, y destaca el tiempo transcurrido desde el establecimiento de las primeras familias que dieron origen a la localidad.
“El tema principal de Nuestro Sur fue el agua”, se suma Jensen. En una de las primeras tapas del quincenario plantearon la inquietud de si Sarmiento iba a pasar a ser ‘la ciudad del lago’, en lugar de ‘ciudad de los lagos’, como se la conoce. Ya se manifestaban los síntomas de que algo no andaba bien en la cuenca. “Lo escribimos hace 30 años, no por invento nuestro, nos los dijo un sarmientino en el andar diario. Indudablemente estos sistemas hídricos están en un equilibrio muy finito, entra a vivir el hombre, y si a eso le sumamos el cambio climático, el resultado es esto. No hay duda de que hay un mal uso del agua, y quizás por todos, el usuario agrícola, el ganadero, el industrial y el uso doméstico. Y no hemos sabido encontrar los caminos para corregirlo”, subraya.
En los años de incursiones periodísticas los editores del quincenario organizaban visitas al lago Colhue Huapi con alumnos de las escuelas secundarias. En esa época los chicos y los adultos que participaban se sorprendían cuando un productor de apellido Martínez les contaba que en el río Chico, que nacía del lago, se había ahogado un pariente suyo. Es que aunque en algunos mapas siga apareciendo, el río, el lugar de la tragedia, en aquel entonces ya se había convertido en un arenal. Con ese ejemplo intentaban advertir la magnitud de lo que estaba sucediendo.
“El desarraigo que hay con el lago”
“Quieren que nos peleemos entre nosotros, de quién es culpa. Esto hay que solucionarlo para todos”, afirma Bemúdez. “Porque si no es como que Sarmiento tiene la culpa, el valle tiene la culpa, no se mira aguas arriba. Nosotros vivimos en Alto Río Senguer en el año ’83, ’84, había algunas ovejas, hoy lo que hay de vacas y los canales que se han abierto… Habrá prosperado ese valle, está bien, pero entonces miremos más arriba a ver qué pasa. ¿Y lo que salió a Comodoro? ¡Vamos por el tercer acueducto! Se abrió la cuenca, se perdió el equilibrio”, enfatiza.
“Hay una delegación del Instituto Provincial del Agua en Sarmiento, que tiene que fiscalizar, pero no le facilitan los recursos para que pueda recorrer la cuenca”, asegura Jensen. “Ningún sarmientino necesita preguntarles si recorren la cuenca o no, con solo mirar qué parque automotor tienen, se da cuenta. Es imposible que con los vehículos y la gente que tiene, fiscalizar. Eso no se está haciendo tampoco con el agua potabilizada que entra en el acueducto. Hay agua potabilizada que se está usando para la industria petrolera”, afirma.
Según el subsecretario de Medio Ambiente de Comodoro Rivadavia, Daniel González, esa ciudad consume alrededor de 50 hectómetros cúbicos al año de agua, y la industria, en particular toma 0,03 hectómetros cúbicos al año; y subraya que en Sarmiento se usan para riego 300 hectómetros cúbicos, y en la cuenca del Genoa, es decir, en la cuenca alta, 500 hectómetros cúbicos. “Comodoro, teniendo más habitantes del 97% de todos los habitantes de esta cuenca, no consume ni el 10% de lo que consume el resto, porque hacen un riego bastante descontrolado en la zona alta. Un canal en la cuenca del Senguer, equivale a un acueducto como el que viene a Comodoro”, destaca el funcionario. Sin embargo para Jensen esas afirmaciones deben ser matizadas. “El uso del agua que hace este valle es chica y termina, a través de los drenajes, en el lago o en el río. No sale de la cuenca. Se distribuye como si fuera un delta por los canales de riego”, explica. “Es distinto cuando se usa el agua para el petróleo, que se la inyecta cientos de metros hacia abajo, o las estancias que suben el agua hacia la meseta, no vuelve a la cuenca”, remarca.
Alex Kingma, de Autoconvocados por la Cuenca del Senguer, se enoja cuando escucha decir que en la localidad son grandes consumidores de agua. Sostiene que son otros los responsables, como el establecimiento de producción de fruta fina de exportación de la familia Bulgheroni -conocida porque es dueña del 50% de la compañía Bridas y porque junto a BP controlan la petrolera Pan American Energy (PAE), la principal petrolera de Chubut. “Nosotros tenemos al IPA que autoriza que rompan un río para llevar agua a esos costales y dejar que el Colhue Huapi se seque. Porque más allá de la sequía, de la corriente del Niño, la actividad humana hace más elocuente el desarraigo que hay con el lago”, subraya. Por su parte Guillermo Gettig Jacob, también vecino autoconvocado, agrega un dato más para complejizar el escenario: por el mal uso que algunos productores hacen del riego sube la napa freática y se salinizan los campos. “Después el terreno ese se usa para el engorde de algunas vacas y, en la zona del valle, si le pueden meter algún pozo de petróleo, la gente puede vivir hasta mejor…”, ironiza con amargura.
En septiembre pasado Autoconvocados por la Cuenca del Senguer sobrevolaron la cuenca y documentaron los canales abiertos hacia las estancias, días después, diputados provinciales de la UCR-Cambiemos denunciaron que existen más de 600 tomas en el Senguer, de las cuales sólo 60 están autorizadas, y aseguraron que el 78% del agua del río se desvía hacia establecimientos ganaderos.
Rodeados y sin agua
Antes de ser Sarmiento a secas, la localidad del sur de Chubut fue Colonia Ideal y luego Colonia Pastoril Sarmiento y, como el nombre lo indicaba, nació como proyecto de colonización agropecuaria, en 1897. La cercanía a los lagos Musters y Colhue Huapi, alimentados por la cuenca del río Senguer, bridaron óptimas condiciones para esa empresa y la colonia se destacó como productora de alfalfa, hortalizas, verduras, manzanas, cerezas, frambuesas y lácteos, que se consumían en Comodoro Rivadavia y más allá. ¿Qué fue de ese valle productivo? Gettig Jacob descarta que la pavimentación de la ruta nacional 3 haya tenido que ver, como sostienen otros vecinos, que aseguran que esa obra agilizó el ingreso de mercaderías por tierra desde el norte y destruyó la producción regional. “Fue la desidia”, asegura. “Si los productores se hubieran organizado de otra manera, si los gobernantes hubieran pensado a futuro, en una planificación a largo plazo, que pudiera ser sustentable”, deja la frase en puntos suspensivos. Ninguna actividad productiva en la provincia mueve un volúmen de dinero similar o al menos comparable al de la explotación de hidrocarburos, eso no responde la pregunta sobre el devenir del valle productivo pero es la punta del ovillo, es el dato insoslayable al momento de analizar la escasa diversificación económica.
“Sarmiento años atrás no tenía explotación petrolera en sí, sino que estaba valle arriba. Ahora, cada vez hay más petróleo valle abajo. En todo este lugar es lo que está preponderando y es el laburo que tiene la gente que se sube a los micros todas las mañanas”, relata Gettig Jacob. En el sistema de información geográfica de la Secretaría de Energía de la Nación, disponible en línea, no es posible ver el avance las explotaciones hidrocarburíferas a través de los años, pero sí la ubicación de los pozos de gas y petróleo actualmente en producción y de las áreas sometidas a estudios sísmicos. Unitec Energy, Petrolera Cerro Negro, Colhue Huapi SA, Petroquímica Comodoro Rivadavia y Petrominera tienen concesiones en los alrededores, además de las dos empresas que pisan fuerte en la cuenca, PAE e YPF. “En este momento Pan American está haciendo lo que hacen muchas empresas megamineras, está tratando de ganarse a la sociedad con algunas cuestiones de asistencialismo”, advierte el vecino autoconvocado. “Regaló un parque aeróbico, invierte en bibliotecas para las escuelas, cepillitos de dientes para los chicos. Todas cuestiones que deducen de impuestos, quedan bien con parte de la sociedad y van avanzando. Lo están haciendo en Sarmiento y en Río Mayo, antes no lo hacían porque no tenían interés en esta zona”, destaca.
En 2013 YPF intentó poner en marcha un proyecto piloto de fracking en La Greta, a 15 km de Río Mayo, para acceder a la formación de lutitas D-129, pero fue paralizado por acciones judiciales impulsadas por Marcelino Pintihueque, integrante del lof mapuche Comarca Chubut. Con el mismo objetivo la compañía de bandera también perforó un pozo en el área El Trébol, a 18 km de Comodoro Rivadavia, donde corroboró la presencia de hidrocarburos. Al igual que La Greta, ese proyecto estuvo paralizado por acciones judiciales, y aunque la justicia finalmente desestimó el amparo la petrolera no avanzó con la explotación. Vecinos autoconvocados por el Agua de Sarmiento aseguran que la empresa controlada por el Estado sigue pensando en los yacimientos no convencionales de Chubut. También afirman que Petroquímica Comodoro Rivadavia y Petrominera apuestan al desarrollo de un importante reservorio de gas donde antes se extendía el lago Colhué Huapi, área que ya fue relevada con estudios sísmicos e incluso perforada. Además mencionan que se proyecta la instalación de un repositorio de cutting y otros desechos petroleros. Recalcan que están rodeados y se les está acabando el agua.
“Acá hay pérdidas en otros lados, y no sólo en la actividad hidrocarburífera”
“No le echemos la culpa a la actividad hidrocarburífera, porque las pérdidas están por otro lado, desde gente que riega campos a cielo abierto, con tajamares… Hay un propietario conocido en la cuenca al cual llaman DirectTV, porque tiene más de cien canales”, chancea el subsecretario de Hidrocarburos de Chubut, Daniel Molina, desviando la atención hacia otro rubro. Aunque no deja de ser preocupante que en ese nivel del gobierno estén al tanto y se hagan chistes con esa situación aparentemente irregular. “A las operadoras se las controla mucho y se las puede controlar, inclusive, aun más. Se pueden instalar caudalímetros perfectamente. La prioridad, justamente, es que se tenga un criterio de eficiencia, no solamente en hidrocarburos sino que también en las otras actividades”, subraya el funcionario. “Están diciendo que el consumo [de agua en Comodoro Rivadavia] es de 700 litros día por familia, cuando en Chubut es de 250 litros y en el mundo son menos de 200 litros. Si todos los habitantes de Comodoro Rivadavia y de la zona consumiéramos esa cantidad de agua, estaríamos inundados. O sea, que acá hay pérdidas en otros lados, y no sólo en la actividad hidrocarburífera.”
“Estamos en una situación, no diría de crisis, pero si el tema hídrico es muy serio. La disminución de los caudales, en baja todo lo que viene de la cordillera… estamos tratando de asegurar este abastecimiento que es vital para la vida humana.”, sostiene Molina, y asegura que “la prioridad del gobierno provincial es el agua”, desestimando que la gestión de Mario Das Neves tenga la explotación de yacimientos no convencionales como horizonte. Y remarca que, en términos personales, cree que “el fracking no es para este mundo”, dado que “los análisis van siendo casi concluyentes” respecto a que “estaríamos comprometiendo generaciones futuras”.
Si bien a lo largo de la entrevista Molina retiera en varias oportunidades que la prioridad es la preservación del agua, parece esquivo a hablar de su consumo por parte de las empresas petroleras. Cuando lo hace se refiere principalmente al uso que de este bien común durante los primeros 600 metros de perforación de los pozos, para proteger las napas freáticas, pero no da cifras. También comenta sobre su utilización en procesos de recuperación mejorada, pero tampoco entra en detalles de calidad y cantidad. Y este no es un aspecto menor, ya que según el funcionario, alrededor de las tres cuartas partes del petróleo que se extrae en Chubut proviene de recuperación secundaria y terciaria. Y si es por antecedentes, en la década de 1990 se firmaron acuerdos entre la provincia y Repsol YPF para regular la toma de agua de la zona conocida como el codo del Senguer -cuando ese río ingresa a Santa Cruz-, destinada a las operaciones de la petrolera en el yacimiento santacruceño Los Perales.
En relación a este tema, en mayo de 2016 el presidente del IPA, Gerardo Bulacios, en declaraciones a la prensa aseguró: “No se está bombeando agua pero estamos poniendo en marcha la prohibición [del uso] de agua dulce para la recuperación de la actividad secundaria”. Una afirmación por lo menos extraña, dado que no tiene demasiado sentido prohibir algo que, en teoría nadie hace, ya que no aportaría paliativo o solución alguna al problema.
La nota podría extenderse en cruces de opiniones, anuncios oficiales de última hora, declaraciones a la prensa, cifras; en síntesis, el problema, desde las esferas gubernamentales, es la escases de lluvias y nevadas en la cuenca alta del Senguer. Una situación que se extendería, según vaticinan, por lo menos una década. Ante ello las autoridades adelantaron que implementarán políticas de adaptación para morigerar los impactos negativos. En esas esferas el problema es la crisis hídrica y parecen no haber tomado nota de que lo que se manifiesta de fondo, como lo expresan los pobladores entrevistados, son los límites del modelo.
Fuentes consultadas:
ADN Sur, 24/05/2016. Petróleo: prohibirán el uso de agua dulce para recuperación secundaria.
El Patagónico, 26/08/2013. La actividad del pozo no convencional en Río Mayo está suspendida por la Justicia.
—, 21/09/2016. En el río Senguer hay más de 500 tomas ilegales de agua.
—, 25/09/2016. En un sobrevuelo se detectó el descontrol de tomas de agua en la cuenca del Senguer.