La inquietud que motiva este artículo surge a raíz de una editorial publicada en el periódico La Nación1, en el mes de octubre de 2014 año titulada “Propiedad indígena y usurpaciones”. Allí se presenta el siguiente cuadro de situación: la desprotección de los propietarios de tierras en la Patagonia frente a los continuos atropellos de comunidades mapuches, quienes “ocupan” y “usurpan” tierras de los primeros, violando así sus “legítimos derechos”.
Si lo son, es porque han dejado de ser los sumisos destinatarios de la ayuda social del Estado e intentan constituirse como un actor político, que interpela al Estado y el modo de producción capitalista que éste sustenta.