Retoman lo propio del ser mapuche y lo conjugan con nuevas herramientas para fortalecer lo que la historia no ha podido quitarles. Este documental sonoro muestra así una cultura con un fuerte vínculo con la oralidad, la palabra y la creación, una cultura que además hace de la poesía un medio de vida y expresión.
“…brilla la ciudad por una luz externa, lejana.
Esa luz que porta una comunidad
que por la estepa la trae en su corazón.
No es una luz sólo para algunos, es para todos,
para todo aquel que quiera ver, escuchar,
compartir esa esencia fresca y milenaria…”
Presentamos el primer documental sonoro de la serie que aborda reflexiones sobre poesía y su relación con la lengua y el arte verbal mapuche. Con el objetivo de fortalecer la difusión del mapudungun y poner sobre la mesa su plena vitalidad, se escogió este género por su capacidad para adentrarse en la oralidad, elemento fundamental en la cultura mapuche.
En esta iniciativa participaron peñi y lamgen (hermanos y hermanas) mapuche de diversas trayectorias personales y socioculturales: algunos nacidos y criados en contextos mapuche urbanos de ciudades como Buenos Aires en Argentina o Santiago en Chile; otros, provenientes de lugares como las provincias de Río Negro y Neuquén (Puelmapu o Argentina) y La Araucanía (Ngulumapu o Chile), principalmente. También participaron asistentes no mapuches que manifestaron cercanía e interés en la lengua, cultura y en los procesos sociopolíticos e históricos que vive el pueblo Mapuche. En esta línea, el documental sonoro permite recuperar esa oralidad que da identidad a la cultura mapuche con el propósito de narrar y comprender su modo de crear poesía, su modo de ser en la poesía.
En la búsqueda de comprender la vida mapuche en el actual contexto urbano, el documental recupera diálogos en un trawün (encuentro) en plena ciudad de Buenos Aires. Aún en medio de los sonidos típicos de la urbe —timbres, vehículos, celulares, sirenas— hubo lugar para recitar poesía, tocar instrumentos y reflexionar sobre cómo es ser mapuche en un ambiente poco asociado a los preconceptos sobre la vida indígena, pero habitual para muchos de ellos.
La poesía mapuche, según las voces de este documental, nos habla sobre el modo de ser humano, de ser che (persona) en la naturaleza y especialmente sobre su vínculo con ella aún en la vida urbana, porque en ella muchos de ellos han crecido y viven. Así, esta se convierte en una herramienta de resistencia y entendimiento de un universo propio y de un mundo ajeno que desembarcó para quedarse en el suelo ancestral.
La cultura mapuche piensa y construye sus expresiones desde una perspectiva oral (aunque esta haya adoptado otros soportes), por lo que la realidad urbana, distante de la tierra y sus voces, presenta un desafío para la continuidad de su lengua. Es más, ¿cómo sostener una lengua desde la imposición de una lengua europea como el español? ¿cómo sostener el espíritu de hacer poesía desde este nuevo lugar no elegido sino que circunstancial?
Los poetas mapuches y también sus lectores, reflexionan a través de este género documental y sacan sus historias de resistencia y dolor como pueblo pero también los relatos de sus alegrías. Retoman lo propio del ser mapuche y lo conjugan con nuevas herramientas para fortalecer lo que la historia no ha podido quitarles. De esta forma, rompen con los falsos límites que impone el mundo moderno a la creación y ponen a la luz el vínculo de los sonidos y los relatos, propio de la poesía y el arte verbal mapuche. Este documental sonoro muestra así una cultura con un fuerte vínculo con la oralidad, la palabra y la creación, una cultura que además hace de la poesía un medio de vida y expresión.